
Gobernar no es eludir responsabilidades, es enfrentar la realidad con acciones concretas.
En México, la narrativa política parece seguir un ciclo repetido: primero se culpan a los gobiernos anteriores, y luego, cuando se asume el poder, las promesas se desvanecen ante los desafíos de la realidad. Este fenómeno, común en muchas administraciones, ha sido especialmente visible durante el gobierno actual.
Las cifras no mienten: 54,000 desaparecidos en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, y más de 6,000 en los pocos meses del gobierno de Claudia Sheinbaum. Sin embargo, señalar estos números y exigir respuestas ha sido interpretado por algunos como una crítica destructiva al "legado" del presidente.
Las madres buscadoras, que representan la dolorosa lucha por la justicia, enfrentan la indiferencia del gobierno. A pesar de sus esfuerzos, la respuesta institucional sigue siendo mínima, dejando a estas mujeres solas en su búsqueda.
Gobernar no es esconder los problemas, es dar respuestas con hechos concretos.
El problema radica no solo en la percepción de la administración, sino en la realidad que no puede ocultarse con discursos vacíos. La crisis de desapariciones y la falta de justicia es una de las más grandes que enfrenta el país, y la solución no se encuentra en desviar la atención hacia otros temas o actores políticos.
La propuesta de este monero es clara: en lugar de complacer a gobiernos extranjeros con extradiciones cuestionables, el gobierno debería centrarse en buscar a los responsables de las atrocidades dentro del país. La justicia comienza con los hechos, no con las promesas vacías.
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