El domingo pasado, la Guardia Nacional sufrió un ataque armado en los límites entre Jalisco y Michoacán, que resultó en un tiroteo prolongado y varias víctimas fatales. La violencia se desató en la localidad de San Antonio de Rivas, en Jalisco, extendiéndose a varios municipios cercanos.
El ataque involucró a un grupo armado presuntamente ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación, quienes emboscaron a los elementos de seguridad y provocaron una balacera que cobró la vida de dos guardias nacionales y dejó a dos policías estatales heridos. Además, los sicarios realizaron bloqueos en diversas carreteras y quemaron vehículos, afectando gravemente a los ciudadanos que transitaban por la región.
Las autoridades federales, junto con la Secretaría de la Defensa Nacional y otras fuerzas de seguridad, activaron un operativo para ubicar a los responsables. A pesar de la búsqueda aérea y terrestre, no se han registrado detenciones hasta el momento.
Este ataque se suma a una serie de agresiones previas en la misma zona, donde la violencia ha escalado en las últimas semanas.
El gobierno de Jalisco y Michoacán continúan trabajando en conjunto para controlar la situación y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
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